Educación Y Sensibilización Ambiental



El proceso de sociabilización por el cual una persona asimila y aprende conocimientos recibe el nombre de educación Los métodos educativos suponen una concienciación cultural y conductual que se materializa en una serie de habilidades y valores. Al igual que en el proceso de elaborar una obra de arte, los educadores y educadoras ambientales intentamos ingresar a las multidimensionalidades y movernos en la niebla de la complejidad para tallar las imágenes de un nuevo horizonte de vida, en donde la sociedad y la naturaleza, en una nueva danza cósmica con el tiempo, se reencuentren para diseñar espacios de futuro, armónicos y en paz.

En este mismo año se creó el Museo Nacional de Historia Natural, institución que quedó adscrita a la Secretaría de Estado de la Presidencia de la República Dominicana y que tiene como función principal coordinar estudios sobre los recursos naturales y la colección de fósiles, al tiempo que promueve la educación ambiental a los visitante que asisten a sus instalaciones.

Basta con ello para comprender que, por ejemplo, una adecuada educación ambiental para el Desarrollo Sostenible es incompatible con una publicidad agresiva que estimula un consumo poco inteligente (Mattar, 2012); es incompatible con explicaciones simplistas y maniqueas de las dificultades como debidas siempre a enemigos exteriores”; es incompatible, en particular, con el impulso de la competitividad, entendida como contienda para lograr algo contra otros que persiguen el mismo fin y cuyo futuro, en el mejor de los casos, no es tenido en cuenta, lo cual resulta claramente contradictorio con las características de un Desarrollo Sostenible, que ha de ser necesaria­mente global y abarcar la totalidad de nuestro pequeño planeta.

Y es allí donde debe ayudar a aclarar lo que son los poderes individuales, políticos y colectivos, es allí donde tiene que plantear, junto con las comunidades, que no se trata de delegar nuestras decisiones y nuestra capacidad de poder, sino que se trata de construir nuevos poderes sociales, con base en las capacidades colectivas, individuales y culturales.

En Cuba existe una política ambiental bien definida que se revela en su Constitución en los lineamientos del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, la Ley 81 del Medio Ambiente, el ordenamiento y completamiento de la legislación ambiental, el fortalecimiento institucional para la atención sistemática y racional al medio ambiente en las comunidades, la inclusión de la temática ambiental en los desarrollo sostenible Programas Ramales de educación, la investigación científico-técnica y el perfeccionamiento de la política y de los instrumentos de gestión y educación ambiental; lo que demuestra la preocupación y ocupación del gobierno y el estado por el desarrollo de una educación ambiental coherente con el progreso económico y social del país.

Los informes de las organizaciones internacionales como el Banco Mundial (2013), el Instituto Worldwatch (2013) y CEPAL (2016), entre otros, apuntan a los principales problemas ambientales que hay que abordar con el fin de asegurar un futuro sostenible.

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